A partir de El espacio vacío Peter Brook se lanzó desde hace mas de treinta años a la búsqueda de "Las formas simples". Exprimió el teatro hacia su concentración extrema. Derribar los tabiques y no interrumpir nunca el movimiento son las dos reglas de conducta de Brook tanto en lo teatral como en lo personal. En Africa, continente de la magia preservada y de la hambruna crónica, donde Brook encuentra reunidos lo tosco y lo sagrado, lo visible y lo invisible. Georges Banu aisla las notas más específicamente brookinas que son las que se ponen de relieve en sus espectáculos: Timón de Atenas, La conferencia de los pájaros, El jardín de los cerezos, la Tempestad o el Mahabarata.