PARIS, LUNA ROJA

Es una novela romántica y sensual, donde el tema de lo erótico, la seducción y el misterio están bien llevados y armonizados, y se encuentra enmarcada en el género juvenil. Cabe destacar que la autora, desde un principio, ya trasmite la sensualidad y pasión de su narración con pequeños detalles. Por un lado, con el título del libro, ya que "París", "luna" y "roja" son elementos que simbolizan el romanticismo, el amor y la fogosidad. Y por otro lado, la portada es totalmente sugerente y domina el rojo, un color ardiente. Es un libro que consigue mantenernos enganchados y expectantes para ver cómo va a seguir el juego de la seducción, con el que Georgia va arrasando a Damaso a su terreno. ¿Quién ha dicho que los feos no pueden ser enormemente seductores? Y este libro su trama gira entorno al juego oscuro de la seducción. Donde la protagonista, Georgia, una chica sin demasiado encanto, pero sus rasgos asiáticos le aportan personalidad y extravagancia. Y su mejor arma es el misterio y el poder de seducción que tiene. Haciendo que nadie se resista a ella. Por lo que consigue despertar en Damaso, que es un príncipe azul, guapo hasta decir basta, sensaciones y sentimientos que ni siquiera él mismo sabía que tenía. Y todo esto traerá un cambio en su alma. Él está necesitado de nuevas emociones y sólo ella se las podrá proporcionar. Y termina aceptando, que antes de ella, solo las sombras. Ella le apostó a él que no sería capaz de seducirla. Así que Damaso se vio envuelto en una apuesta, es decir tenia que seducir al patio feo  de Georgia. Y ella que le daría a cambió. Su cuerpo aún sin terminar, su piel amarillenta, su mirada estrabica. Pero él se sentía fascinado por ella, por esa nube de misterio, bruma, exotismo que la rodeaba, él no se resistiría a sus encantos. En definitiva el veía en ella la imagen que quería ver. Ella deseaba que las manos de Damaso, sus labios y toda su piel escribieran sobre su cuerpo los desmesurados versos del deseo. Y para eso lo invitaría, lo provocaria,  y lo haría caminar por el lado mas monstruoso y turbador de los deseos escondidos en las cloacas de Paris. Ella tenía claro la estrategia a seguir y daba por asegurado el éxito. No solo serían de ella el cuerpo y el rostro de él, también su alma.