Renato Leduc, enfrentado al academicismo de inicios del siglo XX, hizo de la desconfianza intelectual y del desprecio al falso refinamiento sus sellos distintivos. Sin embargo, Edith Negrín deja claro que no se trató de un poeta descuidado o simplemente humorístico pues su rebeldía literaria se expresaba en una lucha contra la cursilería, no contra la precisión.
No cabe duda que Renato Leduc es el poeta de lo cotidiano, el narrador del detalle, del mínimo suceso. Pero hay más: de tan agudo observador que fue, se le pasa la mano a veces y retrata las más bajas pasiones humanas con humor y algo de melancolía. Bohemio, bebedor social y jugador de dominó, en este compendio de su obra se presenta todo su arte de versificador, pero también de cronista y habilidoso contacuentos. Libro ejemplar.
De modo que un sabio cualquiera puede precisar con dos siglos de anticipación el paso de Venus por el disco del sol, pero en cambio, le es científicamente imposible determinar en qué sitio y a qué hora lo engaña su mujer.