Durante cuatro años, el marqués de Granville había sido para Phoebe un hombre más: el poco interesante y algo intimidador esposo de su hermana mayor. Cuando ésta murió, Phoebe parecía una sustituta razonable. Su forzado compromiso con él habría sido un arreglo bastante cruel, si no fuera porque un día Phoebe reconoció que su esposo tenía un atractivo imponente y misterioso. De allí a enamorarse perdidamente mediaba sólo un paso..