NOCHES INSOMNES

Noches insomnes, de Elizabeth Hardwick Hace muchos, muchos años, un lector me recomendó esta novela. Creo que fue lo adecuado esperar el momento para leerla, porque es probable que no hubiera estado a la altura para valorarla. Como soy una lectora tardía, que lleva años en formación, muchas veces me pasa de ir posponiendo ciertas lecturas. No me engaño, es casi un instinto que he ido desarrollando con el paso del tiempo, y muchos de esos libros aún me están esperando y a otros sé que ya les pasó su tiempo 👴🏻 En este caso, fue un acierto esperar para leerla. Porque está novela cortita como es no es una novela a la típica usanza. De hecho, la autora ha sido muy inteligente a la hora de crearla. Es casi un diario en la que Hardwick repasa años y situaciones que pueden o no ser verídicas, pero lo hace de tal modo que logra dejar de lado un montón de cuestiones que encasillarían esta como una novela más, independientemente de la forma tan sutil y poética en que está escrita. El tiempo fluye en diversas direcciones, aparecen cartas, recuerdos, la memoria traza un vaivén a través de personas, historias y lugares. No hay juicios en este libro, solo la contemplación de una vida vivida con intensidad y pasión. Me encantó como la autora va trazando una estela a través de esos recuerdos y esas obsesiones, de sus intereses literarios y amorosos mientras analiza algunas de ellas, evocando y razonando con brevedad algunos modos de ver y pensar. La narrativa es clara, limpia, muy bella. Elizabeth Hardwick, cuya obra narrativa pasa más por el ensayo, aunque ha escrito un par de novelas, es también la autora de una biografía sobre Herman Melville que he encontrado citada y referenciada muchas veces pero que creo que no ha sido traducida. Les recomiendo conocerla porque su estilo fresco e innovador resulta muy estimulante. «El tiempo: eso es otra cosa. Para el intelectual vacilante, los años vuelan como si fueran días; la vida se acorta con obras incompletas que amarillean. El ”libro” es una excrecencia que no crece, sino que se adhiere, se pega; un compañero tumoral hecho de las células corruptas del aprendizaje, la experiencia y el pensamiento».