NAVAJAS EN EL PALADAR

Navajas en el paladar es una novela sobre la marginalidad encarnada en los chicos de la calle que en Perú se conocen como pirañas: ladronzuelos, muchos de ellos niños, preadolescentes, adolescentes y algunos adultos jóvenes, que se emborrachan, se drogan con un pegamento alucinógeno que se vende en ferreterías bajo la marca terokal, con marihuana, cocaína o la mezcla que ambos que llaman "mixtos", roban al paso, viven en las calles, especialmente en el centro de Lima. La novela tiene abundantes fotos sobre estos chicos y sobre la sombría Lima de mitad de los años 1990. La novela fue publicada en 1995 en plena euforia de la primera reelección de Alberto Fujimori y ya con los líderes de Sendero Luminoso y el MRTA encarcelados y derrotados, así como la hiperinflación controlada. Estos niños y adolescentes, fueron el resultado de la larga década de los 1980, donde cundió la violencia y la crisis más abyecta que sufrió en país. La novela, corta en extensión, pero muy dramática en su relato, cuenta siete historias, todas escritas con abundante jerga limeña. Una de las historias es la de un boxeador retirado que, como está escrita en un lunfardo limeño, me hizo recordar al cuento Torito de Cortázar, también escrito en un intenso lunfardo bonaerense. Novela deprimente que muestra la peor cara de la sociedad peruana. El gran problema es que esos adolescentes ahora se dedican al homicidio por encargo (sicariato) que todos los días asesinan a mansalva disparándoles a sus víctimas un mínimo de treinta tiros, quemando los cadáveres, filmando y enviando las macabras imágenes como advertencia a sus víctimas y rivales. Los nuevos amos del crimen en esta parte de Latinoamérica (Perú, Chile, Bolivia y Colombia) proviene del éxodo masivo de bandas criminales de Venezuela. Una de ellas, la más famosa, llamada El tren de Aragua. Nuestros países están lejos de superar la violencia más profunda, será que sobre esta violencia marcada por la pobreza, la corrupción y la indiferencia han sido amargamente construidos,