«Nadie sabe mi nombre», de James Baldwin, es una obra clave para conocer, en su intrincada complejidad, el problema racial de los Estados Unidos desde el punto de vista de un escritor negro. Pese a su carácter aparentemente heterogéneo, estos ensayos, de acusada inspiración autobiográfica, poseen una íntima unidad que dimana de un tema único, a que alude simbólicamente el título del volumen: la tragedia del negro americano en busca de su propia identidad.