MUJERES PERVERSAS DE LA HISTORIA

“Todas las mujeres reseñadas en este libro contradicen la tradicional idea que relaciona lo femenino con la bondad, la ternura, la vida, el amor maternal y filial, pues fueron más bien encarnaciones de la crueldad, de la falta de compasión, del deseo de venganza, de la ambición y la muerte”. A cada uno de las casi 42 mujeres (algunas mitológicas, la mayor parte históricas) Susana Castellanos le dedica pocas pero jugosas e interesantísimas páginas. Mujeres que van desde los tiempos bíblicos (Lilith, Eva, Herodías, Salomé, por ej.) pasando por las del mundo antiguo como Pandora (esa genial creación de Zeus y sus dioses de la primera mujer – caprichosa, intrigante y peligrosa - para vengarse de los hombres por el uso del fuego que hacían gracias al robo de Prometeo), Circe (hechicera que metamorfoseaba amantes en animales y que nada pudo frente a Ulises), Medea, Clitemnestra. Las historias de Mesalina (esposa del emperador romano Claudio) y de Agripina (madre de Nerón) son asombrosamente tétricas y cínicas. La de la envenenadora romana Locusta es ´inimaginagle´. Aparecen luego Helena (madre de Constantino, hecha santa por el Catolicismo, pero perversa hasta la médula), Teodora (bailarina de circo, prostituta, emperatriz y santa), Lucrecia Borgia (la encarnación de la lujuria y de todos los sacrilegios del Renacimiento), Isabel La Católica (a la que llama la Führer del siglo XV), María Tudor (la sanguinaria), Catalina de Médicis (madame “Serpiente”), Margarita de Valois (que conservaba en frascos los corazones de sus numerosos amantes y de uno de ellos la cabeza), Catalina II de Rusia (y la ginecocracia que la antecedía), Lola Montes (amante de A. Dumas y del Rey Luis I de Baviera e inventora del striptease) e Ilse Koch (ícono de la encarnación de la maldad en tiempos del Nazismo) entre otras tantas. La autora (colombiana, nacida en 1970, Profesora de Literatura, Mitología e Historia del Arte con un postgrado sobre Religiones afroamericanas en La Habana, Cuba) da muestras de acabados conocimientos de Historia y Literatura y las citas que proporciona dan cuenta de su erudición respecto al tema elegido, como la de Wittgenstein: “La verdad está en los márgenes”, o la de Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag: “La línea que divide el bien y el mal corta el corazón de todo ser humano”. Además, abreva en autores de talla como el historiador Delumeau, el antropólogo Lévi-Strauss, el estudioso de las religiones Mircea Eliade, el investigador del matriarcado Bachofen, el sociólogo Durkheim, el filósofo Nietzsche, etc. y por la temática de la que versa no faltan ni Freud ni Lacan. Todo lo escrito, extraído de fuentes históricas, está lejos de cualquier pasquín. El libro es del 2008 y de 357 págs. que no tienen desperdicio alguno por lo instructivas, asombrosas y entretenidas: porque la realidad supera toda ficción. Si Leonardo Boff escribió El rostro materno de Dios, (un lado B divino) la autora está también habilitada como contrapartida a escribir el lado B (humano) perverso y femenino del ser humano (porque del masculino nos hartaron cuando nos “instruyeron” en historia con Atila, Genghis Khan, Stalin, Hitler, Eichmann, Mao, Alejandro Magno, Nerón, Calígula, Napoleón, Torquemada, Cortés, Pizarro, etc.). “Si la tradición religiosa hubiese representado a Dios como una mujer ¿todas estas mujeres hubiesen sido juzgadas de la misma forma? Si la divinidad fuese mujer, ¿estaríamos en las manos de un ser caprichoso, voluble e inestable?”

Este es un ensayo sobre algunas mujeres de la historia que se hicieron célebres por su maldad. La autora hace un recorrido desde la antigüedad, desde Lilith y Eva, hasta épocas muy recientes, con mujeres como Griselda Blanco. Los datos que presenta son interesantes, vívidos, gráficos, en algunos casos horrorizantes y macabros. Pero cumple maravillosamente con su propósito: mostrar que la naturaleza de las mujeres es compleja, que está lejos de acercarse al ideal virginal que ha proclamado la Iglesia y que, en muchos casos, la maldad de las mujeres puede llegar a ser sorprendentemente despiadada. El libro está dividido en partes, según la época de la historia a la que hayan pertenecido las protagonistas. Así, tenemos la época antigua, la Roma clásica, la modernidad y la etapa contemporánea. Me gustó mucho, y debo confesar que mis villanas favoritas fueron las de la antigüedad. Aunque en algunas partes la redacción no es muy fluida, se logra una lectura amena. Sin duda lo utilizaré como referencia en mis próximas lecturas históricas sobre mujeres.

Me encantó este libro, facil de entender y aprendí mucho