La memoria, una enorme jungla oscura y apenas desbrozada en algún punto, cruzada por unas pocas carreteras, llenas de baches, asfaltadas con hechos conocidos, señalizadas por las más peregrinas y opuestas interpretaciones.
El hoy sólo es una estación de paso, un sitio sin interés donde transbordar apresurado de lo vivido a lo por vivir.