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Sinopsis de MUERTE EN PERSIA

De expresión inmensamente triste, rara belleza y vida trágica, Annemarie Schwarzenbach no dejó indiferentes a cuantos la conocieron, como Thomas Mann y su familia, André Malraux y Carson McCullers. Viajó a Persia una y otra vez atraída por su pasado, los desiertos, los jardines paradisíacos, los valles solitarios. Escrito en 1936, este "diario impersonal" es una mezcla de autobiografía, crónica de viaje y ficción, donde la voz desgarrada de la narradora se funde con la grandeza turbadora de unos paisajes convertidos en espejo de sus miedos, su soledad y su amor por una joven turca.

1 reseñas sobre el libro MUERTE EN PERSIA

Después de la lectura de "Ella, tan amada" que me ha fascinado y también he valorado, deseo leer y saber más sobre Annemarie Schwarzenbach y así he leído todo lo que he encontrado de la autora. “Muerte en Persia” es un libro fragmentario y disperso, aparece la crónica de viaje, la autobiografía, el diario personal y también la ficción, además se mezclan sus varias estancias en Irán en los años treinta. La tristeza de Persia y su belleza letal es su tema en este libro, describe imágenes imborrables como la caravana funeraria con los camellos cargados de féretros, las ruinas de Persépolis, fragmentos de civilizaciones olvidadas, las tormentas de arena..., todo ello siempre descrito a través del dolor y su estado de soledad y depresión. También se evocan retazos de su biografía, como su desgraciada relación amorosa con la hija del embajador turco y ,otros escandalosos romances con otras mujeres, además de las febriles excursiones al "valle afortunado" (El Valle de Lahr) y también las pipas de hachís y vodka en las veladas con sus colegas arqueólogos. Tal vez, lo más llamativo y lírico, sean las alucinadas descripciones que hace la autora de los encuentros con su ángel, que surge de su mente enfurecida y de la memoria ancestral del país. Imágenes de la viajera solitaria con su ángel desnudo, su doble, bajo la pirámide nevada del monte Dermavand que resultan sobrecogedoras. Es una gran metáfora de su vida, su pasión y su existencia, que ella misma resumió así: "¡Dejadme sufrir!" Desde luego, la soledad, la depresión y la desdicha que emana de sus relatos son conmovedores. Intensidad y desgarro de la viajera más triste del mundo "diario impersonal", lo definió ella y en la advertencia preliminar, primera página escribe: "de errancias trata este libro, y su tema es la ausencia de esperanza". En definitiva, en el libro nos encontramos con un yo atormentado.