MIL PÁJAROS DE PAPEL

Empecé este libro sin saber nada sobre él (Y sí, lo reconozco, fue por la portada, porque soy así), y me quedé completamente maravillada. Madre mía, se me rompió el corazón. Una contradicción perfecta entre lo duro y lo maravilloso. El autor describe todo de una manera ágil pero respetuosa, con datos recopilados con la familia Sasaki y algunos allegados a esta, lo que le da un toque más real. Antes de este libro, yo escuchaba el nombre Sadako y (en mi completa ignorancia) solo pensaba en la niña de The ring, pero en Mil pájaros de papel no solo encontré una perspectiva que casi no se conoce sobre la Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo, cómo vivieron los pobladores de Hiroshima el impacto de la bomba atómica, sino también sobre la historia de una valiente niña que fue la inspiración para el Monumento a la paz de los niños que hoy nos recuerda la atrocidad de los actos bélicos: Sadako Sasaki, y el tormento de su familia aquellos meses en los que duró su agonía. Sadako había escuchado que si hacía mil grullas de papel, un deseo se le cumpliría, y ella no deseaba nada más que recuperarse y volver a la escuela. Hizo mil quinientas grullas y aún así no lo logró. Muchas de ellas la acompañaron en su tumba, y otras fueron repartidas a sus amigos y familiares como recordatorio de su lucha y como un pedido de paz. ESTE ES NUESTRO LLANTO. ESTA ES NUESTRA ORACIÓN: CREAR LA PAZ EN EL MUNDO. (Palabras grabadas en una placa de granito a los pies del monumento) Hoy en día, el monumento sigue cubierto de miles de grullas de papel que la gente de todo el mundo envía o lleva como símbolo de la paz. La guerra no discrimina entre niños y adultos, entre ricos y pobres, entre mujeres y varones, es solo muerte y desolación, familias destrozadas, arruinadas y sumidas en una completa pobreza. Algunas heridas sanarán y otras quedarán por siempre presentes, pero nunca debemos dejar de luchar por la paz. Creo que es un libro muy necesario en nuestras vidas y lo recomiendo totalmente. Hasta la próxima.