Cuando Matheo Govami decidió separarse de sus amigos, lo hizo creyendo que sólo así sanaría la herida de su corazón. Más de veinte años después, el dolor aún continúa, y ahora sus problemas son mucho mayores. Sobre él pesa una acusación muy grave que debe esclarecer antes de que las autoridades lo condenen. Pero eso no es lo peor: los Místicos están decididos a vengarse de la especie humana por la traición cometida contra su raza. En medio de estos conflictos, Matheo aprenderá que los verdaderos amigos podrán no estar cerca, pero nunca se alejarán, y que para sanar una herida a veces hay que exponer el alma.
Simplemente me encantó, como la saga anterior, simplemente me ha hecho tener emociones que van desde desesperación, euforia, amor, me encanta y no puedo esperar a que salga el siguiente. Agradezco infinitamente que este libro y esta autora haya llegado a mi vida porque de caso contrario me habría perdido de una historia extraordinaria y una experiencia genial al leer sus libros.