Caviedes y una mujer que no era escritora, sino amiga de otro. No puedo recordar cómo se llamaban. Era muy guapa y muy coqueta. Puso una academia de baile y en la profesión se hacía llamar nada menos que Salomé. En Platerías se leían versos y prosas. Conservé mucho tiempo en la memoria una poesía de los Relio que pude trasladar como pieza rarísima a mi Antología. La leyó una noche Guillermo con su voz hermosa y triste y se titulaba El vuelo de los poetas. La primera estrofa decía así:...