Las Memorias de un ladrón de discos son también las “de una discoteca de jazz” y las de la vida de su autor, Carlos Sampayo, o la vida de sus afectos contada desde la irrupción del jazz –de los discos de jazz– en sus años de infancia y juventud. Son un texto literario maduro, abierto, orgánico e insólito a la vez, de una notable belleza y poder de penetración donde todo cabe: los lugares y el clima de la época, los eventos y las lecturas, Armstrong en Buenos Aires, Cortázar y Perón, el Winco y las chicas remisas, Monk, la barba y la colimba, climas, historias –personajes maravillosos y terribles apenas enmascarados– y muchísimo jazz contado, vivido, Mingus y Bix, las internas sectarias de la izquierda y de los clubes de jazz, el General con Chistera y el General Elegante...