MAÑANA, Y MAÑANA, Y MAÑANA

Mañana, y Mañana, y Mañana nos muestra la amistad entre Sadie Green y Sam Masur a lo largo de los años, cuyo hilo conductor desde el principio hasta el final, fueron los videojuegos. Los jugaron de niños, los diseñaron de grandes. Pero si tú como yo, no eres muy afín a los videojuegos, no te preocupes ya que se disfruta igual, porque es ahí donde radica uno de los mayores atractivos de esta historia. La autora nos presenta el mundo tras bambalinas de la creación de un videojuego, a mí me ha encantado esta parte. Disfruté mucho leyendo como Sam y Sadie dejaban volar su imaginación para crear un mundo virtual rico en experiencias y emociones distintas. Era tan artístico que me dieron ganas de poder estar ahí para aportar mis propias ideas. Otro aspecto que me gustó es que es un libro sumamente ameno. A pesar de que no es un libro corto, se lee rápidamente. Gabrielle Zevin lo cuenta de una manera tan fresca y ligera que te permite avanzar sin problemas a lo largo de los capítulos. Un acierto total. También me gustó mucho el mensaje que nos da la autora sobre los NPC, que son los personajes no jugables (non-player character) desempeñando roles diversos que van desde aliados inseparables hasta temibles adversarios. Su presencia y relevancia en la narrativa de estas historias ha sido fundamental para enriquecer la experiencia del jugador.  Pero aquí la autora nos demuestra, que tanto en los videojuegos como en la vida real, no necesariamente el protagonista es quien lleva el triunfo codificado en su algoritmo, sino que todos desde nuestras trincheras aportamos, colaboramos y construimos a la creación de nuestras vidas y entornos. Todos somos importantes. Pero, para ser completamente honesto, el libro también tiene algunos problemas. Por un lado, no me encantaron los protagonistas. Me costó mucho empatizar con ellos, haciendolos caer en lugares comunes, totalmente innecesarios. Además tenían algunas actitutes tan irracionales que no solo no te lo hacían agradable, sino tampoco muy verosímil. Pero en general, considero que es un buen libro y que vale la pena darle la oportunidad.

No soy una persona que se considere gamer, a menos que los sudokus cuenten, y aunque me divierte jugar Mario kart o Mario party tampoco es algo que haga habitualmente. Sin embargo, mis amigos más cercanos si lo son, por lo tanto estoy acostumbrada a escuchar la jerga de videojuegos y saber más o menos la historia de muchos de ellos. Eso fue de gran utilidad para leer este libro porque creo que tenia la suficiente información para entender el contexto. Sadie y Sam se hicieron amigos gracias a los videojuegos, después por malos entendidos y mala comunicación se distanciaron. Años después se reencuentran y gracias a un videojuego vuelven a ser parte de la vida del otro. En toda la historia vemos como los videojuegos son su punto de unión y constante a pesar de todo lo demás que pasa en su vida, que no es nada fácil. Ambos pasan por cosas muy tristes pero que justo por su incapacidad de comunicarse adecuadamente terminan creando fracturas en su relación. Es un libro que me tuvo llorando en más de una ocasión a pesar de que los protagonistas nunca me terminaron de caer bien, aunque hay otros personajes que si. Toca muchos puntos que me parecieron interesantes, se ve la relevancia de tener buenas amistades, hacer las cosas que te gustan, los sacrificios que se hacen por el éxito, etc.

Poco a poco voy saliendo del bloqueo lector. Este libro lo recomendaba una Youtuber a la que sigo, que era una lectura para cualquier situación, que era de esos libros que, a pesar de no ser corto, se leía rápido por lo sencilla que resulta. Así que, me lo tomé con calma, iba sin expectativas, y bueno, después de un mes, he logrado terminarme un libro 🥳. Ahora bien, ¿de qué va 'Mañana, y mañana, y mañana'? Pues podría decir que va sobre videojuegos, y aunque esa sea la premisa inicial, al final me ha parecido más un libro sobre las relaciones interpersonales. Cómo la vida misma. Y es que una buena parte de esta historia se sostiene sobre la evolución de las relaciones que mantienen los propios personajes, especialmente la de Marx y Sadie, que son los protagonistas y quienes, por circunstancias del destino, se conocen desde niños y los vemos crecer juntos y por separados, tanto en etapas de la vida como en el desarrollo de la relación que los une. Tengo que decir que no me han caído especialmente bien ninguno de los dos, y aún así los veía muy humanos, aún con sus errores y defectos. Objetivamente hablando, creo que es lo que la autora pretendía con Marx y Sadie, porque de otra manera la evolución que tienen de manera individual como en equipo no hubiera sido la misma. Con respecto al tema videojuegos, digamos que es el todo en el que se sustenta el otro porcentaje de la novela. Tiene muchas vibras a los 90's -2000's, porque es la década en la que inicialmente está ambientado el libro, lo cual me ha encantado. Hay muchas menciones a videojuegos que todo el mundo habrá jugado en su niñez o adolescencia, y no hace falta ser un experto en la materia: resulta fascinante leer cómo Sadie y Marx van complementando sus imaginaciones para diseñar y recrear los suyos propios, con sus personajes, mundos e historias. 4/5, porque me ha costado empatizar con los protagonistas esencialmente que a veces me parecían un poco insufribles, y por algunos detallitos que no sé si me terminaban de convencer o no, sobretodo relacionados con el final.

Me ha decepcionado mucho. Quizás porque la verdad que me esperaba otro tipo de historia, aunque no pensaba que aun siendo diferente, también me seguiría decepcionando. Las amistades son la familia que uno elige, sobre todo cuando te tropiezas con gente con tus mismas aficiones y llevarse bien. Cuando eso sucede, lo que hay que hacer es cuidarlas y que nada ni nadie lo estropee. Este es el caso de Sam un chico que de pequeño sufrió un accidente y desde ese momento tiene discapacidad. Su mayor alegría son los juegos y con ello, se distrae de todo lo vivido. Sadie, el único problema que tiene es su hermana que sufre cancer, y esta ingresada. Mientras esta ahí con sus padres, el único momento que esta sola, se dedica a estar con Sam en el hospital jugando. Casualmente Sam desde el accidente, no habla con nadie, solo con ella... Desde ahí, los medicos, le harán que vaya siempre, para así Sam progrese. Dos amigos, una misma pasión: Los videojuegos. A partir de aquí, la historia gira entorno a ellos, sobre todo de Sam. Como van evolucionando con los años y crean una empresa, junto con el compañero de piso de él. Marx. Sam siempre será el principal, porque desde siempre se ha obsesionado tanto con los videojuegos, que es el que lleva como la voz cantante. Vivirán momentos de todo tipo, verán como llegan a la cima, y pueden caer. Dentro de todo lo que conlleva una empresa de videojuegos y el crear contantemente, también lidiaran con los problemas personales de cada uno. Celos, envidia, amor, enfado, risas, amistades peligrosas y sanas.... montañas rusas, que harán que se replanteen muchas cosas, como es el caso de Sadie... en la que su vida es bastante complicadilla. Lo dicho me ha decepcionado, se han centrado mucho en los videojuegos y si que es verdad, que se ve como codo con codo, van paso a paso con cada empresa que trabaja con ellos, pero me ha faltado la parte personal. No he empatizado con ninguno de los personajes, no los he llegado a conocer. Es poco lo que se dice de ellos.

Hermosisimo libro