LUNA DE MIEL

El amor es ciego, por eso tenemos ojos. Una feliz pareja recién casada emprende su romántico viaje de novios, allí aparece un camarero guapísimo de la muerte, y además, encantador y las mariposas cambian de color. Aunque a priori pueda parecer un relato mundano (que, en parte lo es) Leonard Michaels lo envuelve con algo más, en especial, en las ambiciones de nuestro dandy particular. El norteamericano escribe bien, te engancha desde el principio y te hace pasar un ratito agradable, sin más, los que busquen metafísica avanzada y la existencialidad del dedo gordo del pie, que acuda a los grandes pensadores (que oye, están bien) Narrado en primera persona, y por un compañero del camarero (que le resta algo de fuerza, pero esto es mi humilde opinión) Michaels nos da una pizca de humor, de drama, y de esa salsa de infidelidad que es deporte nacional allá donde fueres. Para servir fresquito, con aperitivo ligero (nada de garbanzos) buen paisaje de fondo y olvidarte de los problemas diarios. No ganará un Nobel con esto, pero cosas mas raras metemos en la cesta de la compra y no hay quien se las coma. Como la vecina del quinto, tiene...algo. La del cuarto también...