A través de una serie de textos que tienen a los libros como denominador común, Emilio Lledó habla del origen de la escritura, de nuestra capacidad de crear, de la lectura como elemento imprescindible de nuestra educación,también de periodismo y comunicación y, en definitiva, de la libertad de pensamiento que se adquiere mediante la cultura.
«El libro es, sobre todo, un recipiente donde reposa el tiempo. Una prodigiosa trampa con la que la inteligencia y la sensibilidad humana vencieron esa condición efímera, fluyente, que llevaba la experiencia del vivir hacia la nada del olvido»