En 1975, dos hermanas, de once y quince años, desaparecieron en un centro comercial. Nunca fueron encontradas, y cientos de preguntas quedaron sin respuesta: ¿cómo pudieron secuestrar a dos niñas?, ¿quién o qué consiguió atraerlas fuera del centro sin dejar rastro? Treinta años después, una extraña mujer que se ha visto envuelta en un accidente de tráfico asegura ser una de las niñas. Pero su confesión y las posteriores evasivas con que responde a los investigadores sólo profundizan el misterio. ¿Dónde ha estado todos estos años?
Una trama que prometía y se quedó solo en eso... una promesa. El caso policial, la desaparición de dos niñas en la década del 70 y la supuesta reaparición de una de ellas, sembrando dudas y sospechas, me resultó bastante flojo y se perdía entre las extensas narraciones que la autora le dedicaba a la vida personal de los personajes. Poco de investigación y mucho de descripción que no me terminó de convencer 🙄
Pero con el paso del tiempo terminó dándose cuenta de que prefería los libros a la compañía de otras personas. Leer no era para ella una derrota, sino un estado ideal del ser.