Gracia San Sebastián ha renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la Seguridad Social. Su nuevo caso está relacionada con el cobro de la pensión de un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces sospechosa. Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.
Con esta historia me hice fan de la investigadora de fraudes fiscales (y demás asuntos) Gracia San Sebastián.
Las personas tenemos muchas capas y muchas caras. Ni siquiera nosotros mismos nos conocemos tanto como para predecir cómo vamos a reaccionar en situaciones límites.
Yo solo digo que lo que nos mata no siempre es la vida, a veces es lo que nos impide vivirla.
La vida está hecha para que convivan los niños con los viejos y los jóvenes con los adultos, para contarse cosas unos a otros y hacer un esfuerzo por comprenderse. Los más jóvenes tienen que explicarnos a los viejos todo lo nuevo que hay en el mundo y los viejos tenemos que contarles a los jóvenes las verdades que nunca cambian.