LAS TIERRAS FLACAS

Magnifico trabajo literario de Agustin Yañez al incorporar al refranero popular mexicano una historia rural postrevolucionaria, “ Desde aqui los estoy viendo como quien oye llover y no se moja , porque no hay peor sordo que el que no quiere oir y porque perro que ladra no muerde , ni buey viejo pisa mata y si la pisa no la maltrata, y porque son como la chiva de tia Cleta que se come los petates y se asusta con los aventadores, o será porque el valiente de palabra es ligero de pies, y entre la mujer y el gato ni a cual ir de mas ingrato” ....p 51

¡Cómo disfruto una buena literatura! Esa que me impresiona la descripción del narrador tal cual como si lo estuviera viendo, a la vez que me lleva a mundos que no conozco. En este caso a la tierra de un cacique cuyo estilo de vida se vio tantas veces con varios terratenientes. La forma en que fui conociendo a sus hijos bastardos, a las madres de éstos, a la bruja, a la gente de los pueblos vecinos fue en verdad maravilloso, toda la novela me provocó expresiones en mi rostro, no la leí con el intelecto sino con las sensaciones y emociones. Si quieres leer una novela de la drama de un hacendado poderoso, donde hay decenas de referencias bíblicas así como de refranes para describir los sucesos que van pasando así como los personajes, en sí para conocer un drama mexicano está novela la recomiendo como el top de la literatura mexicana de hacendados. Y no es por la historia, que me parece buena como me lo parecen "Luto humano" de José Revueltas, "Rosa Blanca" de Bruno Traven, "Pedro Páramo" de Juan Rulfo, simple y sencillamente es que me parece contiene toda el alma mexicana desde sus misterios por la brujería indígena -hasta la ignorancia-, la fe en la religión católica, los refranes a son de todo el libro, y no se digan las tierras mexicanas. Ufff me ha maravillado por completo.

Esta novela está ambientada en una población del México rural post revolucionario, la cual prácticamente se encuentra aislada del—entonces— México moderno. Las noticias que llegan a los habitantes de El Llano, al cual denominan Tierra Santa (chiquita) se ven deformadas por la ignorancia, la inocencia, el fanatismo y los prejuicios de los oyentes. En este pueblo, los habitantes se aferran a cualquier cosa o persona que les brinde esperanza: desde el hijo pródigo del cacique déspota que regresa a imponer su autoridad, incluso por encima de su progenitor, hasta una máquina de coser que perteneció a una joven fallecida tiempo atrás y a quien las creencias han elevado casi al rango de Santa. No obstante, esta población no está exenta de las pasiones y la naturaleza humanas, por lo que una vez que se dan las condiciones para que la gente se levante en contra del autoritarismo y los abusos de poder del cacique y sus vástagos, el pueblo se ve arrasado y solo las armas del Ejército impiden que las protestas (justas o no) acaben con la santidad del lugar. El final está marcado por el ingreso de la población al progreso que proporciona la llegada de la electricidad.