El París de la desgarradora segunda mitad del siglo XIX, época de los cambios sociales, políticos y artísticos que llevarían al mundo a la modernidad, configura el entorno de La trastienda azul, novela que explora, desde la ficción, la biografía de Julien Tanguy: un modesto comerciante de colores que logró agrupar en una tienda de Montmartre a algunos de los genios del momento: Van Gogh, Gaugin, Cézanne... Tanguy, al que el analista Ingo Walther nombró «el gran señor de sus propias utopías», ayudaba desde su pequeño local a aquellos talentos sin recursos económicos, facilitándoles materiales de pintura y exponiendo sus obras, sistemáticamente repudiadas en los círculos académicos.