Creo no equivocarme si afirmo que estamos ante un encaje de bolillos. Una filigrana con el alambre de oro y plata de la ciencia, de la objetividad, de la sensibilidad y de la más rabiosa actualidad. Julio hizo su primera inmersión en la Sábana Santa de Turin en la década de los años setenta. Ahora, mercede a la tenacidad, a miles de horas de documentación, a la prudencia y a la sabiduría, es una maestro instructor de tres estrellas. Probablemente una de las máximas autoridades en la materia, con más de setecientas conferencias. Ha dibujado, simplificado y traducido al lenguaje de la calle uno de los más prodigiosos enigmas de todos los tiempos. Y lo ha conseguido con la delicadeza y la seda de un capataz y el rigor y el puño de hierro del costalero. Expero en cruces de guía, ha abierto con estas páginas una inédita carrera en la rutinaria procesión del corazón.