El viaje llega a su fin o eso creen Eleazar y Eóstes cuando viajan hacia Ismadia, desconociendo las fuerzas que gobiernan conmano sangrante en el reino de Ismoedia. Anteo, de quien casi se han olvidado, sonríe mientras aguarda,a cechando para dar el definitivo golpe y acudir al Orco con la cabeza del hijo de Nébulos