Sinopsis de LA NIÑA QUE ODIABA LOS LIBROS
Había una vez una niña llamada Meena que odiaba los libros. Sus padres dejaban libros por todas partes: en los armarios, cajones, escritorios, sillas, mesas, sofás y también en inmensas montañas por los suelos. De modo que, en realidad, los libros la estorbaban. Todo cambió el día que Max, su gato, se encaramó a la pila de libros más alta de la casa: Los libros se cayeron y los personajes y los animales salieron de las páginas dando volteretas, y acabaron en el suelo uno encima del otro. Meena tuvo que volver a colocar cada personaje en su libro, y descubrió la fascinación por las historias. Manjusha Pawagi es periodista y abogado de protección de la infancia. Es una apasionada de la literatura y de los niños y la combinación de estos dos amores es la niña que odiaba los libros, su primer libro infantil. Leanne Franson recuerda que de niña ya dibujaba gente de otros lugares y culturas prehistóricas. Trabaja con tintas acrílicas y acuarela. Es también la autora de un personaje conocido de cómic, Liliana. Vive en Montreal con su perro y dos gatos.
1 reseñas sobre el libro LA NIÑA QUE ODIABA LOS LIBROS
La niña que odiaba los libros es una metáfora espléndida y mágica que juega con la imaginación de Meena, y por supuesto con la del lector que al abrir un libro y tomar la decisión de leerlo, se sumergen en el laberinto fascinante y maravilloso de las letras, las palabras, las frases y párrafos enteros que activan la imaginación, no solo de los peques, llevándolos a un mundo donde vivirán una aventura que transformará sus vidas para siempre, porque nada podrá volver a ser igual. Les cuento un poco de qué va la historia. Los padres de Meena son lectores ávidos y consumados, su pasión por los libros los ha llevado a acumularlar estas joyas de la literatura por los rincones más inesperados de la casa, tristemente para sus progenitores, Meena no les da ningún valor, siente un rechazo total por los libros, cosa que es muy particular, puesto que podríamos pensar que si naces en una familia lectora, pues los hijos también serán lectores voraces. Déjenme decirles que este no es el caso de Meena. Para no extenderme mucho, un día la protagonista quiere coger a su gato, que al igual que ella le tiene fobia a los libros, en ese intento todos los ejemplares que le han regalado y que están apilados y empolvados, quedan desparramados. Esto hace que lo impensable ocurra. Meena sin saber que hacer para darle solución al caos que se ha presentado, opta por una estrategia formidable dándole solución al problema antes que sus padres lleguen. Pero, pero… la vida de la niña nunca jamás volverá a ser igual porque surge un prodigio aún mayor que sorprende a sus padres más que el desorden que encuentran. Su hija no volverá a estar sola, ha hecho grandes amigos que la acompañarán en el camino de la vida y lo mejor es que irá descubriendo muchos más. No puedo dejar de hablar sobre las ilustraciones que son un gran aliado para que el lector sea testigo de la evolución del personaje principal. Aquí podemos aplicar el refrán popular: "Una imagen vale más que mil palabras."
