Una expedición financiada por una multinacional japonesa debe recorrer el sudeste asiático en busca de un lugar sagrado donde vive un hombre del que se dice que crea vida.
No ha sido ni de lejos lo que esperaba. Pensaba que encontraría una historia que me rompería los esquemas, una especie de camino iniciático del protagonista. Me encontré con una suerte de Marco Polo moderno cargado de sexo y comicidad. Me ha costado por tramos creer en lo que estaba leyendo, pero está bien escrito y entretiene en su mayor parte.