'Aquí nos encontramos con una novedad. Este texto se propone analizar la cuestión para arriesgar una hipótesis: afirmar la vida humana supone dignidad, para lo cual es necesario denunciar la miserabilidad, no como inherente a la naturaleza humana constante, sino como producción cultural, que se va determinando en cada momento histórico según condiciones epocales. Plantea el autor que ser miserable no es connatural con el género humano, sino que la miserabilidad es una construcción que se configura según conveniencias o una cierta composibilidad de fuerzas.' Esther Cohen