las mujeres encerradas por estrictas normas sociales bien pueden recordar la imagen de la loca del ático de Jane Eyre, con todas las connotaciones que señala esa estampa. Símbolo del poder y de la estabilidad (Michelle Perrot anota: “Como símbolo de disciplinas y reconstrucciones, la casa conjura el peligro de las revoluciones” [1989: 10]), la casa se convierte aquí en el mecanismo simbólico de reclusión y de muerte: la mujer encerrada en ella ronda en torno al mito de la Novia de Módena. En la leyenda, la novia, preparada para su vida matrimonial, transforma un escondite en el lecho de muerte.4 En La mano en la trampa, tía y sobrina, que procuran su vida matrimonial terminan en la reclusión y la locura que se repiten como marca itinerante de la familia