¿Qué sería de nosotros si no existieran los locos? La cordura excesiva enferma. Los locos son oxígeno porque contravienen la norma y nos liberan de su poder opresivo. Los outsiders de todo el mundo han amado siempre a los locos. Como Sisi, la emperatriz de Baviera. Como Cervantes. La verdadera razón es la del loco. Los demás no llegamos nunca a las últimas consecuencias de nuestros pensamientos, por lo que nuestra vida está llena de subterfugios, mentiras e irracionalidad. ¡Pero qué maravilla arramblar con la inefable cordura del loco!