Rose Edelstein está a punto de cumplir nueve años y prueba a escondidas un pedazo de pastel que su madre ha cocinado para la ocasión. Ella espera disfrutar del sabor del limón mezclado con el azúcar, pero de repente su boca se llena de soledad y tristeza. Sin que nadie sepa cómo ni por qué, la niña se da cuenta de que puede adivinar los sentimientos de quien cocina. Es así como descubre el lado oscuro de su propia familia: ese hogar en apariencia feliz se derrumba bajo el peso de la ansiedad de su madre, la indolencia de su padre y las extravagancias de un hermano que intenta huir de la rutina negando la realidad. Sorprendida, Rose aprovechará su arma secreta para conocer mejor a los demás y encontrar el buen sabor a la vida.«Extraordinaria... Una excelente muestra de cómo mezclar la buena cocina y la buena literatura.»Time Out New York«Página a página nos adentramos en un libro conmovedor, una especie de fábula agridulce... Su protagonista nos invita a vislumbrar la realidad más oculta, la nostalgia más desnuda y acerad a de las personas más cercanas.»Artes y Letras, Heraldo de Aragón
Rose Edelstein está a punto de cumplir nueve años, y prueba a escondidas un pedazo de pastel que su madre ha cocinado para ella. Ella espera disfrutar del sabor del limón mezclado con el azúcar, pero de repente su boca se llena de soledad y tristeza. Sin que nadie sepa cómo ni por qué, la niña descubre que puede adivinar los sentimientos de quien cocina, y desde entonces comer será su arma secreta para conocer mejor a los demás. No solo los platos más sofisticados, sino unas simples patatas fritas o unas tostadas con mantequilla tienen historias que contar, y ahí está Rose, intentando acercarse al dolor de los demás y aprender a vivir. No debió dejar mucha huella en mí ya que lo leí hace poco y no recuerdo nada....me imagino que es de esos libros que ayudan a despejar la mente tras uno duro y que me hace seguir leyendo.