Hermosa, torpe, cansada del mundo a los veinte años, Alison se enfrenta como puede al torbellino de Manhattan, a la indulgencia de sus amigos y a la indiferencia paterna. Divertido y agudo retrato de la juventud neoyorkina, con La historia de mi vida arrancaba con innegable fuerza y convicción el realismo sucio estadounidense.