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- LA CIUDAD VAMPIRO: UNA PERIPECIA GOTICA DE ANN RADCLIFFE
Sinopsis de LA CIUDAD VAMPIRO: UNA PERIPECIA GOTICA DE ANN RADCLIFFE
La Ciudad Vampiro es una obra maestra del humor negro, hasta un grado tan exacerbado que hace pensar en los cuentos de Apollinaire o los delirios de bande dessiné propios de Jean-Pierre Jeunet o Marc Caro y que a pesar de su tono paródico funciona como una alucinada narración fantástica, como novela de horrores grotescos y estrambóticos, como una pesadilla surreal y gozosamente absurda. Ya desde los orígenes de la novela gótica, cuando El Monje (GOT 3) (CD 4), Vathek, Melmoth el errabundo y sobre todo las obras de Ann Radcliffe gozaban de un amplio público, surgieron réplicas irónicas y salaces como La mansión de las pesadillas de Thomas Love Peacock o La abadía de Northanger de Jane Austen. Pero nada más lejos de estas amables sátiras que el espíritu delirante y surrealista de La Ciudad Vampiro, de Paul Féval, autor de folletines y novelas de gran éxito en su tiempo, como Los misterios de Londres o El caballero de Lagardère.
1 reseñas sobre el libro LA CIUDAD VAMPIRO: UNA PERIPECIA GOTICA DE ANN RADCLIFFE
Féval era un hombre muy irónico. En esta obra se burla descaradamente del terreno gótico que envuelve el microcosmos de las historias de terror y del género fantástico. En ese sentido, el vampiro Goëtzi es una parodia de Drácula. Además alude al uso de las cartas por medio de las cuales Ann Radcliffe (escritora real contemporánea de Féval de la que se burla al hacerla personaje de una historia fantástica como las que escribía y que tenían éxito) se entera de la desgracia que asola a Edward Barton y a su prometida Cornelia de Wit. Entonces emprende un viaje hasta Holanda para rescatarlos, no sin antes, claro, llevarse a sus criados más fieles. Un irlandés muy fuerte y valiente, Merry Bones y el típico criado quisquilloso, Grey-Jack. Así acompañados de la ciencia, personificado por el doctor Magnus Szegel van al rescate. La historia tiene partes descriptivas de gran calidad narrativa, que pese a ser una sátira, asusta. El vampiro pasa a ser una especie de reclutador, pues a los que bebe su sangre se convierten en una extensión de su propia existencia. Incluso los trasgenera abruptamente, convirtiendo a las mujeres en su persona como hombres. En fin, una aventura interesante, olvidado folletista Féval, pero irónico hasta los huesos. Humor negro, sí.
