El autor intenta desvelar el secreto de la sabiduría de Salomón contándonos su relación con una abeja, símbolo, en el mundo clásico, de orden, conocimiento y dulzura. La abeja habla y el rey escucha, estableciéndose un curioso paralelismo entre la vida de la colmena y la vida de las monarquías con sus luchas dinásticas, trabajos y amores. He aquí un libro que danza, fl uye como un río y recorre nuestra intimidad. Engañosamente sencillo y, pese a remitirse a una época lejana -el siglo X antes de Cristo-, capaz de hablar de tú a tú con nuestros contemporáneos.