Entiende la Poesía Postpoética como una red de redes en continua experimentación y expansión, y al poeta, como un laboratorio. Fernández Mallo se declara influido por Valente, San Juan de la Cruz, Edmond Jabés, Giorgio Manganelli, Italo Calvino, Thomas Bernhard, Wittgenstein, o la poesía japonesa clásica, así como por el movimiento musical europeo de los '80, la física de los sistemas fuera de equilibrio, y el cine nortamericano de Serie B. Es fan de Señor Chinarro.