HUESOS DE LAGARTIJA

Cuetzpalomitl, palabra en lengua náhuatl que en español significa “Huesos de Lagartija”, es el nombre de un joven mexica que, ya siendo un anciano, narra su historia de vida a sus nietos, de cuando él también era un niño. Contándoles como era su día a día, junto con su familia, en la gran ciudad de Tenochtitlán, del imperio Azteca. Sus deberes en el calmécac (escuela), las enseñanzas que recibía para convertirse en un futuro guerrero, así como la sabiduría que se le inculcaba para consagrarse en armonía con los dioses. Pero también les cuenta como esos días felices terminaron cuando, como una borrasca de codicia y enfermedades, encarnadas por unos hombres blancos y barbudos que venían del otro lado del océano, trajeron la desgracia a esta cultura. Este es un breve y emotivo libro donde el autor, Federico Navarrete, describe el choque de dos culturas vistas a través de la mirada suspicaz y astuta de un joven mexica que, al igual que las lagartijas, tiene una resistencia ante las penas que trae la vida.

Me parece una buena historia que nos adentra a la situación vivida por los mexicas, tras la llegada de los españoles. La imposición de ideas, la lucha por defender sus hogares, las pérdidas de sus seres queridos... me parece que la obra es un muy buen intento por hacernos empatizar con los indígenas nativos, tras el derrocamiento de una de las mayores civilizaciones de lo que ahora llamamos México, mostrándonos el antes, durante y después del periodo histórico.

La forma de la narración es fantástica, definitivamente te adentra en lo que los antiguos mexicas vivieron en el periodo de conquista.

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