HISTORIA DE LAS AGUADAS Y EL MOLINO

SBARRA NOEL H.

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Sinopsis de HISTORIA DE LAS AGUADAS Y EL MOLINO

El trabajo que habrá de leerse ha sido escrito por un espíritu inquieto. Apasionado por los temas vernáculos, discurre con facilidad y elegancia sobre asuntos vinculados al campo argentino, no siendo insensible, empero, a otros de más alta especulación. Durante mucho tiempo escondió, recoleto, un acendrado amor al pasado. Y de ese pensar reflexivo, unido a lecturas selectas y depurada técnica, surgió, ungido de primeras, un auténtico historiador. No importa, pues, que su formación inicial y su profesión sea la de un médico pediatra e higienista. Sbarra es escritor de prosa ágil y limpia e historiador instintivo. Cuando en 1955 publicó "Historia del alambrado en la Argentina", la crítica saludó la presencia de un nuevo historiador. Con este nuevo trabajo, la historia económica de nuestro agro presentará varios enigmas menos. El libro incluye numerosos grabados, algunos totalmente desconocidos, otros extraídos de viejos diarios y revistas, no utilizados hasta hoy. La bibliografía de que se sirve merece unas palabras. Se advertirá que el autor no sólo emplea aquellas fuentes hasta ha poco reputadas como clásicas, sino que también las citas literarias -signo de modernidad- ocupan el lugar que la más nueva técnica histórica le asigna. Por otra parte, las referencias informativas, que en las últimas páginas exhibe detalladamente, van dirigidas -lo mismo que las oportunas notas aclaratorias-, tanto a autenticar sus afirmaciones cuanto a facilitar, a quienes interese, el camino a nuevas investigaciones. Tal el libro. Abrigo, pues, la certeza de que, al final, el lector compartirá mi juicio. Enrique M. Barba De la Academia Nacional de la Historia

1 reseñas sobre el libro HISTORIA DE LAS AGUADAS Y EL MOLINO

Mi bisabuela Leonor - por el 1900, en los pagos de Benito Juárez- cuando veía que el caballo dejaba de girar en la noria le pegaba un grito desde el rancho para que siguiera "dando vueltas" y así tener agua para todos, en especial para sus 6 hijos entre los que se contaba mi abuela materna, Concepción. Inspirado en esa historia y con la inercia de la lectura de Historia del alambrado ( del mismo autor) encaré este maravilloso librito de 140 pgs. que muestra las diferentes formas - y su evolución - que se fueron encontrando en nuestra tierra para resolver el problema del AGUA. La explicación de toponímicos araucanos como Voro Leufú, Chelforó y Vivoratá - referidos a las osamentas - , de los toponímicos quichuas con YACU ( "agua"), la proliferación de nombres araucanos terminados en CO ( "agua" ) - como Huinca Renancó, Cutralcó, etc., son más que clarificadores para comprender dicha problemática. Desde la pelota ( balde semiesférico de cuero vacuno) pasando por el Balde sin fondo, la manga de lona, los jagüeles, las norias, los baldes volcadores de hierro, etc. El "invento" del molino por parte de los norteamericanos por el 1854 en cuya difusión interviene a favor la construcción del ferrocarril. Perlitas son el periplo de Sourdeaux (el impulsor de los pozos artesianos), la de Carlos Enrique Pellegrini ( padre del futuro presidente de la Nación) y la historia de Miguel Lanús ( retratista de Sarmiento ) que introduce el primer molino de viento ( tal cual lo conocemos en nuestra pampa): los primeros eran de madera. Al final, la aparición del tanque australiano, cierra un ciclo de búsqueda de soluciones a un problema persistente, que se hacía crítico en tiempo de sequía.