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Sinopsis de HIELO

El hielo avanza inexorablemente desde el norte. A través de un paisaje desolado y plagado de peligros, un hombre busca a una muchacha que le rechaza y se escabulle. Su deseo de encontrarla camina parejo al de abandonar el mundo helado y trasladarse a una isla tropical para escribir sobre los lémures cantores. Pero ninguna de estas obsesiones encontrará modo de ser satisfecha. El hombre se convertirá en guerrero, en mercenario, en espía, en el hombre de confianza de aquel que retiene a la muchacha que desea rescatar. La persecución desordenada y angustiosa, es la metáfora del desconcierto y el paisaje, un envoltorio en el que recoger un anhelo loco que no se colma.

6 reseñas sobre el libro HIELO

Nunca había leído un libro como este. Empecé totalmente perdida, no sabía qué estaba leyendo, pero a medida que fui avanzando empecé a entender ese juego entre la realidad y los sueños o alucinaciones que interrumpen constantemente el hilo conductor de una trama llena de incoherencias, de saltos temporales y espacios vacíos. Y es que quien nos narra la historia no es un personaje en quien confiar. No sabemos si nos está contando la verdad o nos miente, no sabemos si simplemente esa es la forma en cómo está percibiendo él los acontecimientos o si ha perdido la razón y confunde la realidad con la imaginación. Un protagonista sin nombre al que acompañamos en una huida, para alejarse de ese mundo helado que avanza sin pausa y de una población donde reina el caos, la guerra y la violencia. Pero una chica lo retiene, la busca, la encuentra, la pierde, quiere llevársela con él pero no lo consigue, se aleja y vuelve. La chica lo rechaza, lo repudia, le teme, se escapa. En esa relación se percibe abuso y acoso, la chica es maltratada por todos. La sentimos débil, sumisa, miedosa, escurridiza, agotada. No sabemos por qué se siente así ni lo que pasó entre ellos en el pasado. Una historia en la que las dudas marcan el ritmo de la narración, las preguntas no encuentran respuesta, la sensación de pérdida y desasosiego nos persigue. Entrar en el mundo de Ana Kavan es una locura de la que no se sale indemne, los vacíos ganan terreno en nuestra cabeza y dejan una huella difícil de borrar. Según José Carlos Rodrigo en el prólogo, este es un libro apocalíptico, en el que el hielo avanza como un animal destructor dejando el planeta blanco y sin vida, en un cambio climático como venganza a una humanidad despiadada que lo ha maltratado. O, como propone Jan Arimany, en la nota del editor, se trata de una alegoría de la pesadilla que supone tener una adicción que te consume, de querer huir de ella sin conseguirlo. También veo en esa relación de amor odio en la que están inmersos los protagonistas, la relación que se puede tener con algo que sabes que te destruye pero que necesitas para seguir soportando el peso de la vida. Cualquiera de las interpretaciones es buena, incluso diría que todas se complementan, sobretodo si tenemos en cuenta las adicciones a las que se vió abocada la propia autora a lo largo de su vida. Una propuesta arriesgada que todavía no sé si la he disfrutado o solo la he sufrido. Lo que sí puedo afirmar es que me ha explotado la cabeza, me he sentido desorientada y he vivido una experiencia literaria única que ha valido la pena. Sigo dándole vueltas.


Hielo es una novela que tiene tintes distópicos. Sin embargo, puedo decir que no he leído nada similar. Durante toda la narración vivimos la búsqueda incesante de un hombre que hará todo lo posible por encontrar a la mujer de la que se ha enamorado. Esa búsqueda llega a ser obsesiva y he sentido angustia y desesperación. En esta novela no hay nombres, no conocemos como se llaman los protagonistas de esta historia, pero no hace falta. A través de paisajes gélidos y de un mundo donde el hielo lo va cubriendo poco a poco puedes obtener dos lecturas diferentes de la novela. Una de ellas, en sentido literal. Un hombre busca incansablemente a una mujer por la que está obsesionado llegando hasta el extremo. Por otro lado, tras conocer que la autora era adicta a la heroína mientras escribía esta novela, no puedo evitar tomarla como un viaje onírico siendo lo que persigue la propia droga. De ahí el paisaje blanco y cubierto de hielo. Sea cual sea la visión con la que te quedes, Hielo no te va a dejar indiferente. Novela totalmente fuera de mi zona de confort. Publicada originalmente en 1967 e injustamente olvidada. Ha sido rescatada por Trotalibros Editorial con una edición impecable. Estoy convencida que si en el futuro me animo a hacer una relectura no dejará de sorprenderme. No es una novela para todo el mundo, pero de verdad, merece mucho la pena darle una oportunidad.


Ha sido complicado no sentirse desubicada en este dédalo desesperanzador, helado y claustrofóbico. Los crujidos de la perenne desintegración de este universo onírico y dantesco nos persiguen sin tregua alguna. Abocados a sentirnos petrificados, atrapados en una narración torrencial que avanza como un alud, cristalizados por el miedo y la destrucción que nos abrazan de forma glacial. Una lectura infausta, una completa enajenación plagada de simbolismos que cada uno de nosotros trataremos de desentrañar. El éxito, en el mejor de los casos, dependerá de una segunda incursión en este infierno gélido. Buena suerte.


Una novela completamente diferente a todo lo que se pueda haber leído con anterioridad. Desconcertante, distópica, irreal y fría. Con un narrador que te mantiene en vilo toda la historia, a la vez que te confunde hasta el punto de tener que leer entre líneas para poder "conocer" la verdad. Es todo un reto.


Una obra maestra de lectura simbólica. Puede ser una distopia de ciencia ficción o puede ser la visión de una vida normal desde una adiccion. Maravillosa.


Lo he leído en la nueva edición de la editorial Trotalibros. Un libro que tendré que releer.