¿Alguna vez te has sentido fuera de lugar, incluso en tu propia piel? Ava sabe bien lo que es ser diferente. Con 16 años, es víctima de un brutal incendio en el que pierde a sus padres, del que ella sobrevive, pero que le deja el cuerpo lleno de cicatrices y quemaduras que le desdibujan una cara que ya no reconoce. Tras un año de recuperación, es hora de volver al instituto, pero Ava teme las miradas de sus compañeros, no quiere ver en ellos el reflejo de lo que ahora es: una chica desfigurada que solo quiere desaparecer. Pero el instituto no es el infierno que imaginaba. Y es que, después del fuego, más allá del dolor, hay lugar para sanar las heridas. Y en el camino existen también amigos con quienes volver a reírse hasta de sí misma, ver el lado bueno de las cosas y -por encima de todo- aprender a quererse tal y como es. A veces solo necesitamos recordar que incluso las heridas más profundas cicatrizan.
Me gustó muchísimo, lo recomiendo totalmente ♥️ Una historia llena de amor, esperanza, diversión y descubrimiento personal ✨ Es una historia que se siente sincera, sin clichés, totalmente humana.
4.5/5 Esta lectura, si bien es una lectura fácilmente digerible, toca un tema muy fuerte, lo que nos lleva a reflexionar continuamente mientras avanzamos en la historia. La historia trata sobre Ava una chica de 16 años la cual sufrió una accidente junto con sus padres y su prima, todos fallecen a excepción de ella, sin embargo sufre queaduras en el 60% de su cuerpo y muchas de ellas de tercer grado, por lo que ahora vive con sus tíos y trata de reintegrarse a la sociedad, regresar a la escuela y a una vida "normal"; nos cuenta mucho de lo que una persona en su situación debe de pasar, de los miedos, las inseguridades y una autoestima que debe reconstruir mientras aún es una adolescente que busca encajar en un mundo donde la apariencia física es muy sobrevalorada. Un libro que me atrapó desde la primera página, con el que lloré, me reí, me enojé y me alegré junto con Ava en cada paso. ¡Muy recomendable!.