Todo conocimiento idiomático implica tres capacidades: la expresión oral (hablar), la comprensión lectora (leer) y la expresión escrita (escribir). Al margen de la debatida cuestión sobre sus posibles relaciones y dependencias, es un hecho incuestionable que hablar y escribir (o leer) constituyen dos manifestaciones del uso idiomático con propiedades distintas y con funciones sociales complementarias. La lengua es un exponente directo de las diversas realidades sociales en que está presente; se adapta a ellas y adopta variaciones o la rigidez que mejor convenga a cada situación. Este libro se ocupa de una de esas tres capacidades: la expresión oral, con sus variantes, sus normas de cortesía…, y pretende conciliar la doble perspectiva de informar y servir de guía práctica sobre uno de los planos en que cobra vida el saber lingüístico: el habla.