En mi casa no entra un gato

Nos cuenta las aventuras y desventuras de Pedro, un solitario que por influencia social acaba adoptando a Mia, una gatita blanca sin sospechar que su vida cambiará y desconoce hasta que punto. Desde la llegada a casa, de la cual, como no, se hace dueña, sus primeras visitas al veterinario, la compra compulsiva de juguetes, su primera cama, que iluso, como si no fuera a dormir donde ella quiera, sus primeros «accidentes» caseros. Destacar que cada episodio comienza con unas frases célebres que son auténticas perlas de «sabiduría gatuna». Me lo he pasado genial, hacía tiempo que no me reía tanto con un libro, sobre todo con los mensajes que Pedro intercambia con su amiga Vero, experta en gatos. Seguramente estoy muy influenciado desde que hace unos meses una gata callejera decidió adoptarme, y no, no es un error de escritura, ella decide cuando entrar en casa, cuando pasarse el día durmiendo en mi sillón preferido para ver la tele y cuando, al hacerse de noche, salir de expedición por el barrio. Siempre fui más de perros que de gatos y ahora, como Pedro, me veo hablando con una amiga, ella sí amante de los felinos, sobre qué y cómo hacer para que me haga caso, no puede evitar reírse, como si eso fuera posible, así que ya lo sabéis, amantes de los gatos o primerizos, si queréis pasar un buen rato no dejéis de leer las aventuras de Pedro y Mía.

Este es el diario de un padre gatuno novato, y encontramos todo aquello que los primerizos sentimos cuando adoptamos un gato. El gato que tengo ahora en casa es el primero que entra en mi casa, después de decir hasta la saciedad: “Yo soy de perro”, aunque una gran gama de peludos y no peludos han compartido piso con mi familia (desde perros o pájaros hasta incluso bichos palo). Me he sentido muy identificada con él, tenemos muchas cosas en común: También me lo colocó una amiga, mi gato también parece una motora, duerme encima de mí y me patea mientras duermo o me rasca el pelo para que le haga hueco en la manta, además de ser muuuuy torpe y tirarlo todo, bien sin querer o bien porque le molestan las cosas en su sitio. Pero lo más de lo más, es que a mi gato también le chifla el pavo, cuando saco el envase, me persigue maullando por toda la casa, hasta que consigue su trozo. Escrito en primera persona por el propio escritor pero intercalando algunos capítulos de otros amigos gatunos famosos, es justo lo que necesitaba en este momento, tras leer un libro duro y difícil de asimilar. He reído bastante y casi en cada página se me ha puesto una sonrisita de “Cómo te entiendo”. Un libro recomendado para aquellos que van a tener, han tenido o están teniendo compañía de un felino. También para pasarlo bien si eres de los que piensan “en mi casa no entra un gato”, en unos años me contáis.

Un libro totalmente recomendable para los que somos amantes de los gatetes. Divertido, fresco, nos cuenta las anécdotas y aventuras de Mía, una gatita adoptada por el autor y como poco a poco los dos se van a adaptando a compartir sus vidas. Incluye en cada capítulo una cita de diferentes personajes de la historia sobre gatos, que me ha gustado mucho.

Es un libro tan ameno, tan tierno y tan divertido que no puedo calificarlo con otra nota que no sea un 10. Como madre gatuna primeriza me he sentido totalmente identificada con Pedro. Cada pensamiento, cada duda, cada incertidumbre... El mundo de los gatos era totalmente nuevo para mí, pero desde hace 2 años tengo la fortuna de compartir mi vida con un ser excepcional (es un gato europeo común que recogimos de la calle). En ciertos aspectos se parece un montón a Mía y es por ello que ha sido como leer mis propias memorias. De este libro me llevo todo, pero sobre todo me llevo el buen rato que me ha hecho pasar (en ocasiones me caían lágrimas de risa). Así que lo recomiendo totalmente. Además se lee muy rápido. Es de fácil lectura y comprensión.

Imprescindible si has decidido incorporar un gato a tu vida. Divertida historia de un advenedizos al universo gatuno.

Divertido y entretenido si te gustan los gatos o estas pensando en adoptar uno