Hubo un hombre llamado Warvold que erigió muros al pie de los caminos yalrededor las ciudades del sur de Elyon para proteger a cuantos acudieran aaquellas tierras. Dejó fuera toda clase de peligros sin advertir que dentro crecíaotro aún mayor.Años después, la joven Alexa reúne las piezas que permiten identificar esaamenaza. Tendrá que apelar al coraje para encontrar la respuesta en el bosque yal corazón para comprender que los muros quitan a los hombres más de lo queles aportan.