EL SANTUARIO DE LOS ELEFANTES

Tenia muchas espectativas pero no ha sido para tanto.

La obra de Nativel sitúa en paisajes africanos, en un mundo completamente diferente al nuestro donde se puede conocer de mano de la autora diferentes aspectos de África y de la cultura suajili y árabe. El santuario de los elefantes ganó el Premio Azorín de novela 2021. 🛖 👩‍🦳La historia está contada en tercera persona, por lo que acabas conociendo más o menos igual a todos personajes, pero eso no impedirá que aborrezcas a unos y otros te fascinen, en concreto destacaría el personaje de Adriana. La obra está dividida en diferentes partes y es un guiño a la actualidad, mencionando temas como la Covid; muestra realidades de corrupción, de hasta donde puede llevar la avaricia a ciertas personas. Alega como la tierra africana nutre de riqueza a los blancos. 🌍 «Dirán que nos deja muchos dólares, y es cierto; el turismo nos da de comer, pero nos mata el alma, como el mahout aplasta el espíritu del elefante» Solo tengo un pero a esta novela y es el desenlace tan rápido que tiene. Te pide mucho más, parece que cuando llegas al punto álgido hay demasiada prisa por acabar la historia. Sin embargo, si tuviera que darle un adjetivo sería: bonita. Es realmente una historia exquisita, hay tan buenas descripciones que parece que puedes conocer África solo con ellas: los baobabs, los amaneceres increíbles, la sabana, las explosiones de colores de la naturaleza. Creo que la autora tiene un sentimiento hacia el continente, un cariño especial. Y por supuesto: los elefantes. Ellos son el corazón del libro. 🐘🐘🐘🐘🌅 «Lo que siembras no crece de inmediato, hay que ser pacientes y esperar»

Primera novela que leo de Nativel Preciado. Me esperaba más, pues el tema de África y la corrupción de este continente da para más temática y mejor explicada. Diálogos entre los personajes muy pobres y hasta ridículos.

Preciosa portada para una novela que se divide en tres partes: me ha gustado que cada una de ellas se introduce con una frase para la reflexión, la primera es una frase de Javier Reverte, la segunda del diario de Patrick Wells y la tercera de Diego García Guillén. A lo largo de toda la obra se nota el amor de la escritora por África y el detalle con que se describe todo no resulta agobiante sino que te invita a visitar en este caso Tanzania. Los personajes son variopintos, pero la mayoría de los que han viajado en el grupo ha sido por intereses meramente económicos, me resultan repelentes, no saben valorar la maravilla que contemplan y los placeres que disfrutan. Muchos además son unos cretinos, se creen por encima de los demás, desprecian a los locales, les humillan, resulta realmente muy desagradable pero por desgracia existe gente así en el mundo. Luego está Adriana, que recuerda a esas heroínas que hemos visto en grandes películas, una mujer que se enamora de Tanzania y decide prescindir de esos "amigos" frívolos y amorales con los que ha viajado y volcar todo su esfuerzo y su patrimonio en crear un santuario para estos grandes mamíferos. Julia es todo un enigma por descubrir al final. Pero el poso de amor por África no decae en ningún momento pese a los inconvenientes de esos seres codiciosos y egoistas que aunque están podridos de dinero no dudan en jugar con la vida de otros vendiendo medicinas falsificadas, traficando con marfil o cualquier otra cosa que les pueda generar aún más dinero del que puedan gastar en una vida, sin pensar que cuando mueres todo el dinero y las riquezas se quedan aquí. Afortunadamente en la novela el karma les alcanza de una manera u otra y ese mal que están dispuestos a hacer sufrir a otros termina explotándoles en las manos. La novela tiene la longitud y el ritmo adecuados para poder disfrutar las descripciones de algunos maravillosos lugares e ir descubriendo el carácter de los personajes, sus motivaciones están claras en casi todos desde el principio, y me la he leído prácticamente del tirón. Finalmente indicar que me han gustado la forma en que ha introducido en el texto referencias al rey emérito o al COVID, cuando el mundo se quedó parado y la naturaleza pudo recobrar aquello que los humanos insitimos en destrozar, las aguas azules, los cielos sin contaminación ...queda claro que la mayor ameza del planeta es el ser humano.

Preciosa portada para una novela que se divide en tres partes: me ha gustado que cada una de ellas se introduce con una frase para la reflexión, la primera es una frase de Javier Reverte, la segunda del diario de Patrick Wells y la tercera de Diego García Guillén. A lo largo de toda la obra se nota el amor de la escritora por África y el detalle con que se describe todo no resulta agobiante sino que te invita a visitar en este caso Tanzania. Los personajes son variopintos, pero la mayoría de los que han viajado en el grupo ha sido por intereses meramente económicos, me resultan repelentes, no saben valorar la maravilla que contemplan y los placeres que disfrutan. Muchos además son unos cretinos, se creen por encima de los demás, desprecian a los locales, les humillan, resulta realmente muy desagradable pero por desgracia existe gente así en el mundo. Luego está Adriana, que recuerda a esas heroínas que hemos visto en grandes películas, una mujer que se enamora de Tanzania y decide prescindir de esos "amigos" frívolos y amorales con los que ha viajado y volcar todo su esfuerzo y su patrimonio en crear un santuario para estos grandes mamíferos. Julia es todo un enigma por descubrir al final. Pero el poso de amor por África no decae en ningún momento pese a los inconvenientes de esos seres codiciosos y egoistas que aunque están podridos de dinero no dudan en jugar con la vida de otros vendiendo medicinas falsificadas, traficando con marfil o cualquier otra cosa que les pueda generar aún más dinero del que puedan gastar en una vida, sin pensar que cuando mueres todo el dinero y las riquezas se quedan aquí. Afortunadamente en la novela el karma les alcanza de una manera u otra y ese mal que están dispuestos a hacer sufrir a otros termina explotándoles en las manos. La novela tiene la longitud y el ritmo adecuados para poder disfrutar las descripciones de algunos maravillosos lugares e ir descubriendo el carácter de los personajes, sus motivaciones están claras en casi todos desde el principio, y me la he leído prácticamente del tirón. Finalmente indicar que me han gustado la forma en que ha introducido en el texto referencias al rey emérito o al COVID, cuando el mundo se quedó parado y la naturaleza pudo recobrar aquello que los humanos insitimos en destrozar, las aguas azules, los cielos sin contaminación ...queda claro que la mayor ameza del planeta es el ser humano.