Los comentarios a estos nuevos misterios añadidos, a los que venimos rezando "toda la vida", por Juan Pablo II hace un año completan el Rosario como se conoce actualmente. A través de estos misterios vamos a contemplar el rostro iluminado de Cristo como Dios encarnado, Dios con nosotros, y esto lo contemplaremos con María y desde María. Ella es la mejor maestra.