Desde la Ilustración hasta nuestros días, la ciencia y la racionalidad han ido ganando terreno hasta convertirse en la forma privilegiada de comprender el mundo.
El primer fallo de los clérigos se produjo el día en que uno de ellos representó por primera vez un ángel con alas: hay que subir al cielo con las manos.
La única religión aceptable para el hombre es la que le enseñará ante todo, a conocer, amar y servir apasionadamente al Universo del cual es el elemento más importante.
Si realmente existiera la atracción por el porvenir, también existiría la del pasado; se iría en busca del bien en los dos sentidos del tiempo y con igual anhelo.
Dichoso el ser humano que pierda la cabeza, pues la encontrará en el cielo.