«Yo me llamo Jimmy Cruz, Jimmy por Santiago, Cruz por la cruz de Cristo y una vez comí angulas». He aquí las señas de identidad del protagonista de esta novela, un vigilante jurado que presta sus servicios en el Museo del Prado, a quien le asalta la idea de tramar un plan terrible con el que poder liberarse de su existencia miserable y optar a convertirse en un fenómeno de masas, a medio camino entre los medios de comunicación y las instituciones penitenciarias.