Un nuevo caso para el inspector Linley y la detective Barbara Havers, que, tras una suspensión temporal de empleo por desobedecer las órdenes de un superior, se reincorpora degradada a agente. La novela comienza con un prólogo en el que se nos cuenta la noche del estreno de un musical que resulta un gran éxito, pero a pesar de ello su compositor se suicida esa misma noche. Este prólogo parece no tener nada que ver con el resto del libro. Tras un salto en el tiempo de varios meses, dos cadáveres son encontrados en un bosque inglés junto a un monumento megalítico con signos de haber sufrido una muerte violenta. Uno pertenece a un artista de medio pelo convencido de su triunfo futuro y repartidor de anuncios de prostitutas, y el otro pertenece a una joven, hija de un expolicía, estudiante de Derecho y residente en la zona. En un principio parece no haber ninguna conexión entre ellos, pero según avance la investigación se abrirán las puertas del mundo de la prostitución, el sadomasoquismo y las dobles vidas. Una buena novela policíaca. Recomendable.
Si no te pasas el tiempo deseando algo concreto, lo que encuentras al final ya te va bien.