Ambientada en los conflictos mineros de principios del XX, es uno de los primeros ejemplos del género social del panorama literario español. El metal de los muertos es seguramente la primera novela social de la literatura española: su protagonista colectivo es el microcosmos de la minería de Riotinto en el momento álgido de su huelga. Su autora vive durante unas semanas inmersa en el ambiente de la que sería su obra más traducida, un mundo que en absoluto le era ajeno después de haber visitado las minas de Somorrostro, Udías, Ujo y Reocín, como no le eran ajenas las vidas de los trabajadores de distintos oficios y profesiones, a quienes ya había dedicado muchas de sus novelas, si bien no con un protagonismo tan destacado.
Sufrir oprobios y martirios en la vida y en la muerte por haber amado mucho, es una gloria; sacrificarse por amor es poner los labios en las aguas de la inmortalidad: ¡sólo el que ama es digno de vivir!...