El hombre que plantaba árboles es un libro del autor Giono, Jean editado por AGUACLARA. El hombre que plantaba árboles tiene un código de ISBN 978-84-8018-413-7.
Un libro muy corto que nos conecta con la naturaleza y su belleza. La decisión de un hombre simple que en realidad no lo era.
El verdadero arquitecto y creador de vida, el hombre que plantaba árboles. De obligatoria lectura para conciencia de la importancia de la naturaleza madre, la casa de todos los seres vivos.
Un gran mensaje. Cargado de una ética para recuperar. Un libro que nos interpela como sociedad, a nuestra humanidad. Nos propone un nuevo contrato entre los hombres. Valioso por dónde lo mires... Para leerlo en voz alta, con niños, con jóvenes, adultos
Un cuento de generosidad y propósito. Como un hombre desde su soledad se embarca en una empresa compleja en la naturaleza durante mas de 30 años, con una labor disciplinada, rigurosa y amorosa con lo que deja una gran huella verde en el mundo. El narrador es el personaje secundario del libro.
Relato de extrema sencillez, quizás una de sus bazas, reflejo de lo que la voluntad de un hombre abnegado es capaz de lograr. Belleza en estado puro
Habían perdido toda esperanza. No les restaba más que esperar la muerte, una situación que raramente predispone a la virtud.
Cuando caí en la cuenta que todo esto había florecido de las manos y del alma de este único hombre solo, sin ningún avance técnico en su herramienta, comprendí que los hombres pueden llegar a ser tan eficaces como Dios en otros dominios además de el de la destrucción
Cuando reflexiono que un solo hombre confiado en sus simples recursos físicos y morales fué suficiente para hacer surgir de un desierto esta tierra de Cannan, me doy cuenta que a pesar de todo, la condición humana es admirable.
Pero, cuando hago un recuento de lo que puede crear, la constancia, la generosidad y la grandeza de un alma resuelta a lograr su objetivo, soy presa de un inmenso respeto por aquel viejo campesino sin cultura que a su manera supo como materializar una obra digna de Dios.
Si sus acciones están desprovistas de todo egoísmo, si la idea que las dirige es una generosidad sin ejemplo, si sus acciones son aquellas que no buscan en absoluto ninguna recompensa más que aquella de dejar sus marcas visibles;estamos entonces frente a un personaje inolvidable.
El había juzgado que este país se estaba mueriendo porque le faltaban árboles. Añadió entonces que no teniendo nada más importante que hacer había tomado la resolución de poner remedio a este estado de las cosas.