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Sinopsis de EL GATO QUE VENIA DEL CIELO

Una casa y un jardín tocados con la gracia de una belleza de otro tiempo. Una pareja que se refugia en su nueva vida lejos de la agitación de Tokio. Un gato enigmático que entra de improviso en su cocina y decide adoptarlos como dueños, convirtiéndose en el centro de una intriga sutil."Desde lo más profundo de la poesía, Hiraide crea una prosa nueva".Kenzaburo Oé (Premio Nobel de Literatura)."Las mejores novelas son a menudo aquellas que nos transforman. Al pasar el tiempo, permanecen junto a nosotros, como pequeños milagros. El gato que venía del cielo es un raro tesoro. En tan sólo ciento sesenta páginas despliega un extenso espectro de emociones y detalles. Takashi Hiraide, el poeta japonés, ha sido para mí una revelación".Juan Vidal, NPR."La escritura de Hiraide es lírica y cautivadora. Con gusto revisitaré El gato que venía del cielo como retorno a mis poemas, pinturas o recuerdos favoritos".Nina Sankovitch, The Huffington Post.

33 reseñas sobre el libro EL GATO QUE VENIA DEL CIELO

El protagonista de esta historia y su pareja, de quienes no se saben sus nombres, le van tomando un gran cariño al gato de los vecinos colindantes. A mí no me sucede lo mismo con el gato de mi vecina y más adelante explicaré por qué. Esta pequeña novela no es sobre el ensalzamiento de las mascotas gatunas, ni tampoco una historia edulcorada sobre el amor a los animales. Es mucho más que eso. Sentí que a medida que leía esta magnífica prosa poética la lectura me impregnaba, de modo osmótico, viral y al mismo tiempo me iba inundando de sol, del universo de un jardín, de todas aquellas creaciones que tenemos al alcance, pero que no vemos, y en que hasta la rendija de una pared, el gran olmo y la libélula son personajes de este libro, que transmite mucho en poco más de 150 páginas. Con mucho acierto Takashi Hiraide describe cómo la energía que todos tenemos, la canalizamos para buscar y encontrar los afectos. Esos que buscan un destinatario, aunque sea un gato. Y así sucede mientras avanza la vida. El don de la observación y la ingeniería del detalle con el calibre justo para no caer en descripciones vanas. La maestría de narrar desde lo íntimo, de hablar de la trascendencia de lo que buscamos, de la propiedad y de lo que dejamos…”se veía la mano de un hombre posada sobre la cabeza de un niño frente a la puerta de una casa antigua donde se agitaban las ramas de un pino” Además, don Takashi se da espacio para con maestría incorporar toques de la cultura japonesa, de los cambios en la economía y en los paisajes humanos afines al entorno de Tokio, a fines del siglo pasado. Y dicho lo anterior sobre Chibi, el gato misterioso que venía del cielo, vuelvo al gato de mi vecina. Es un gato gris, de mucha personalidad, que siente que su territorio es toda la cuadra, con los patios interiores de todas las casas incluidos. El problema es que mis perros defienden a muerte el perímetro de su patio y no toleran que ese gato se pasee por arriba del muro, fuera del alcance y con semejante desprecio e indolencia. Durante el día las disputas pasan desapercibidas. Pero en la noche las cosas escalan. Bien seguido nos despiertan y creo que a varios vecinos también, los indignados ladridos de Junior Médel y Persie Olavarría (mis perros) ¿Por qué ladran con semejante indignación? Es el gato que se pasea por las alturas del muro. El bendito gato gris. Y generalmente sucede como a las tres de la mañana. Por eso, mi cariño es escasamente abundante con el gato de mi vecina.


Los protagonistas de esta novela viven en una casa de gran belleza, sobre todo por su jardín tan exuberante. En este entorno un poco mágico y decadente situado a las afueras de Tokio, la pareja protagonista recibe a diario la visita de Chibi, un gato especial, cuya desaparición los sume en la tristeza. Una novela apropiada para los amantes de los gatos.


Es un libro que me trajo paz en el momento justo cuando se empieza a ir este año tan incierto y doloroso. En él hay un dejo de nostalgia por la belleza de los tiempos idos, representado por el jardín de la casona japonesa. Sus dueños,los vecinos pero en especial los inquilinos y su relación con ese visitante inesperado y mágico que es Chibi el gato, nos lleva a sumergirnos en la paz de la vida llena de detalles simples, que deberían ser siempre los más importantes.


EL GATO QUE VENÍA DEL CIELO No como lector me sentí, si no como el que contaba la historia. Todo el tiempo resono la voz en mi interior limpia y clara. Debe ser el efecto producido por la narración en primera persona y el hecho de no tener nombres los personajes. De cierto modo viene a decir que la historia puede ser vivida por muchos. Es una historia plana, no plana en el sentido que se suele tomar en literatura. No. Plana como sinónimo de liviana, de fresca si es posible tomar como sinónimo palabras tan distintas. Un hombre cuenta como llega un gato a su vivienda, como de un modo sutil, imperceptible, sin sonido alguno, sigiloso entra a su corazón y al de su esposa. Decía que es plana porque se narra las vivencias con el gato, y las propias. De juegos donde se unen los corazones de seres tan distintos. Y distinto es Chibi, un gato único, quizás como todos. Pero, único como todo ser amado. Es una historia disfrutable sin florituras, sin palabras rebuscadas, sin idas y venidas, sin quizás, un caso especial. Solo de un gato que vino de un lugar desconocido a hacer suyo todo a su alrededor y mostrar lo especial de los detalles, de los pequeños detalles.


Probablemente no sea objetiva, pero no puedo darle menos puntos . Me ha removido por dentro. En 2011 me adoptó una cachorrita, Gitana. Hasta ese momento los gatos me parecían casi mobiliario urbano. Desde entonces, he cuidado, querido y perdido varios, entre ellos, mi Gitana adorada y mi adorable Víctor. Entiendo perfectamente los sentimientos de los protagonistas. A la semana de llegar Gitana, mis vecinos trajeron dos gatos. Uno de ellos, Víctor, pasaba más tiempo con nosotros que con ellos, yo lo consideraba mío. Al cabo de un año nos dijeron que a final de mes se mudaban. No paraba de llorar. Mi marido me sugirió que hablara con ellos. Lo hice y me lo dejaron. No entiendo a los dueños del Chibi. Cuando un gato entra en tu vida, realmente parece venido del cielo. Aprovechando la evolución de la relación con Chibi de él y su mujer, el autor toca la situación de la época, la crisis, las relaciones vecinales,... Este libro habla de emociones, ilusiones, realidades, despedidas, simbolismos, de amor a la belleza, a los recuerdos, a la naturaleza. Si no te gustan los gatos, posiblemente te parezca lento y largo, a pesar de sus pocas páginas.


Takashi Hiraide era un poeta y eso se puede notar en la musicalidad de las palabras usadas en cada descripción 🍃 El gato que venía del cielo es una novela que reflexiona sobre los cambios: cómo en ocasiones aquello que amamos y deseamos conservar no es más que un destello que al final cumple su ciclo y solo nos queda continuar. Chibi, que significa "pequeño" en japonés, es el gatito de una familia, vecina de los protagonistas y con los cuales no tienen mucha conexión más allá de las formalidades convencionales. Sin embargo, su gatito sí que decide acercarse más a ellos, de quiénes nunca conocemos sus nombres pero al pasar de las páginas vamos descubriendo todas sus dificultades al tratar de adaptarse a los cambios que les va presentando la vida. Como opinión personal y con toda la sinceridad que me puedo permitir, a mí el libro no me gustó 😐🤦🏽‍♀️. Yo soy una "enamorada de los gatos", como dicen aquí mismo en el libro, y al ser yo misma dueña de uno, no pude evitar juzgarlos en cada cosa que hacían con el michi. No solamente los protagonistas, sino todos los humanos que aparecían en la novela eran medio tontos y para mí sí es bien difícil que me guste un libro si los personajes nadamás no dan una. Al Chibi me lo traían como callejerito de una casa a otra y sin un dueño definido; Le pusieron un cascabel en el cuello, que tal vez en aquella época era "bien difícil" (🙄🤦🏽‍♀️) imaginarse lo estresante que puede llegar a ser para un gato andar con el "Clic, clic" en los oídos a cada movimiento que da; Luego, la esposa del protagonista se las quiso dar de iluminada dejando que el gato cazara un pájaro porque "le gustaba ver a los animales haciendo lo que les corresponde" (¿en verdad a los gatos "" "domésticos" "" les corresponde cazar bichos silvestres arriesgandose a desequilibrar los ecosistemas, como si el hecho de ser "domésticos" no implicara que ellos ya no tienen necesidad de hacer eso? No, en Australia están matando a los gatos precisamente por esa situación, ya que se volvieron una plaga y han acabado con varias especies endémicas a causa de gente así 😠; y un montón de cosas más que no puedo contar porque entonces haría spoiler y eso ya es un enojo gratuito. Pero este libro yo no se lo recomendaría a alguien que de verdad le gusten los gatos, o puede que en el amor haya niveles y lo mío ya es una obsesión, no lo sé. Ahora me acuerdo que yo también tuve un "Chibi" que era exactamente como "Chibi" y hasta casi en la misma situación. Se llamaba Jerry y era el gato de una vecina que solo decía que era su gato porque sí, pero él andaba todo el tiempo en la calle. A pesar de que era muy territorial, con nosotros era muy cariñoso y poco a poco se fue volviendo nuestro amigo. Lo dejábamos entrar a nuestra casa y hasta tengo fotos de él durmiendo en el sillón encima de mi mochila y con mis calcetines en su cara 😆🤭. Duró muchos años para haber sido callejero y nos lo quisimos quedar, pero cuando un gato ya está acostumbrado a esa vida es difícil encerrarlo 🙁, aunque al menos él sí se dejaba acariciar, lo cual me hace añadirle otra línea a mi teoría de que los personajes eran más bien idiotas, porque un gato solo no se va a dejar acariar si no te conoce o si no le gustas 🙃.


NOVELA CORTA, DE LECTURA ÁGILA Y PROSA SENCILLA Y AGRADABLE. UNA PAREJA ALQUILA UNA CASA CON JARDIN, TIENE COMO VECINOS A UNA ANCIANA QUE ES LA ARRENDADORA Y A UNA FAMILIA CON UN NIÑO; LAS CONDICIONES PARA VIVIR AHÍ ES NO TENER MASCOTAS. UN DÍA LLEGA INESPERADAMENTE UN GATO Y EL NIÑO LO ADOPTA, SIN EMBARGO, DE FORMA CONTINUA VISITA A LA PAREJA Y DUERME CON ELLOS, QUIENES LLEGAN A AMARLO MÁS DE LO QUE SE HUBIERAN IMAGINADO. LA TRAMA DA UN GIRO, LAS VIVIENDAS SERÁN DEMOLIDAS Y CADA UNO BUSCARÁ SU PROPIO DESTINO... a PESAR DE PARECER UN LIBRO SENCILLO, TIENE SU GRADO DE PROFUNDIDAD EN CUANTO A EMOCIONES, LOS DETALLES DE LA VIDA, EL AMOR, LA BELLEZA Y LA MAGIA DE LA VIDA.


Este un libro sobre añoranza de la belleza y de la vida simple en este caso se concreta en una casa y donde un gato peculiar es el broche que cierra este relato. Recomendable, pero la gente que le gusta la acción este no va ser su libro.


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FRASES DEL LIBRO EL GATO QUE VENIA DEL CIELO

No me gustan las despedidas cuando soy yo la que tiene que irse.


Publicado porTheWitch20

Llegue ... a creer que era sensibles a la invisibles metamorfosis del viento y de la luz.


Publicado porMaric3l_

Empezó a formar parte de nuestra rutina diaria, de igual manera que una pequeña corriente de agua que brota de un manantial.


Publicado porMaric3l_

Ustedes no tienen hijos y así está bien. Nada obliga a tenerlos. No los tienen y punto.


Publicado porMaric3l_

No me gustan las despedida cuando soy yo lo que tiene que irse.


Publicado porMaric3l_

Virtù di necessita, según Maquiavelo, esto es, mostrar coraje en situaciones complicadas, es con lo único que podemos oponernos al destino.


Publicado porTheWitch20