Una novela de Nahum Montt. Una radiografía de la Bogotá de 1990, esa ciudad eternamente lluviosa,opaca, fría y temeraria. Fueron los 33 días que más han conmovido alpaís en su historia reciente. La novela recrea aquella atmósfera dedesolación y desesperanza, y retoma aquellos cabos sueltos,coincidencias y preguntas fatales sin respuesta para representar desdela ficción el lado oscuro de estos acontecimientos#, afirma Montt.
Debo empezar diciendo que es mi primera novela negra y la experiencia fue realmente grata, de ahora en adelante queda como uno de los géneros para seguir explorando. La lectura fue rápida, suave, espontánea, intrigante, mordaz, reflexiva, informativa; realmente una experiencia con amplios sentimientos. Particularmente disfruté mucho los escritos del Eskimal y los apuntes que rodean a Coyote, el autor logra integrar reflexiones en una historia de ficción con hechos reales. Hubo partes en que sentí que se divaga mucho en las situaciones, igual no afectó mi experiencia. Realmente me siento orgullosa de que un escritor colombiano no tan conocido tenga la habilidad de trascender de forma tan impecable esta historia y lo mejor es que disfruté conocer mi Bogotá en otra época pero con sus matices bien definidos.
Nahum Montt narra la historia de varios de los magnicidios más trágicos y desconsoladores que ha tenido Colombia paralela a la historia de los asesinos y cómplices de estos. Aunque la novela narra una temática excelente, no logré fluir con este, ya que muchas veces el autor se quedaba describiendo y desarrollando personajes y espacios más de lo necesario. A pesar de esto, el libro me lograba conectar en las partes más críticas de la historia haciendo que me quedara a la expectativa de qué iba a pasar.
- En su opinión ¿Qué es lo más grave que pasa en Colombia: la ignorancia o la indiferencia? El encuestado responde: no sé ni me interesa
Otros ven una ciudad personificada con múltiples rostros, pieles y olores. Yo la veo como un libro vivo que se transforma en mi memoria. La ciudad no está hecha de ladrillo y asfalto, sino de palabras.
Pero igual, tanto la belleza como la fealdad no tenían tiempo para conocer su propio encanto.
Sin embargo, una masa unida por la fé es lo más temible que hay. ¿Sabes por qué, Coyote? Porque la unidad de la fé va más allá del ritual de la misa. Todos ellos comparten la ley inexorable de los grupos.
Estar vivo o muerto careció de importancia y no supo en qué momento de dió la tarea de reconstruir palabras tras palabras cada una de sus crónicas.