En un bosque cercano a Edimburgo han encontrado un coche abandonado. En el maletero hay un cadáver con los tobillos esposados. Se trata de un detective que desapareció diez años atrás. El inspector John Rebus participó en el equipo que realizó la infructuosa búsqueda inicial y sabe que se hicieron muchas cosas mal. Ahora también lo sabe la prensa y la familia del fallecido. La policía tiene la posibilidad de enmendar sus antiguos errores, pero un nuevo paso en falso podría llevarse por delante la carrera y la reputación de muchos policías, incluido Rebus.
La vieja escuela se sigue imponiendo. En un círculo donde Rebus a pesar de su retiro, sigue manejando astutamente las teclas deduciendo ese manejo entre lo correcto y lo no tan correcto. cafferty por su lado aunque en el otro bando con su respectiva cuota de participación. . En los últimos capítulos es donde se manifiesta la pureza de lo que nos tiene acostumbrado Ian Rankin. . Ni lectura estuvo muy interrumpida por una pérdida dolorosa. Espero volver al ruedo poco a poco.
Quizá convendría que le hablaras a tu jefe de Steele y Edwards. —¿Para qué? —Para que él pueda interrogarlos y tú divertirte un poco a su costa. —¿Tan vengativa me consideras? —Si no es así, poco te enseñé. Clarke estuvo a punto de sonreír.